Carlos III de Inglaterra llegó ayer a su residencia de Sandringham, en la localidad de Norfolk, al este de Inglaterra, donde parece ha comenzado el tratamiento contra el cáncer que le ha sido diagnosticado. Lejos del ojo público pero sin descuidar sus tareas, aunque se prevé que sean virtuales más que presenciales.
De por qué ha elegido el rey este lugar para iniciar su recuperación dan fe sus numerosos atractivos, los mismos que hicieron de este lugar hermosísimo una de las residencias favoritas de su madre, Isabel II. Sus jardines son visitables para el público, al menos hasta ahora.
La difunta reina solía pasar allí sus navidades, periodo que alargaba hasta febrero, de tanto como le gustaba. También allí, su graciosa Majestad se reunió con su hijo, su nieto Guillermo y el hermano de este, Harry, para analizar la decisión de este de 'abandonar' la familia real e irse a vivir a California, donde reside desde hace cuatro años ya.
Es decir que Sandringham, adquirida por el antepasado de la reina Eduardo VII en 1862, es marco de idílicos paisajes y también de cumbres políticas y familiares. En ese lugar se celebró el bautizo de Charlotte, la segunda hija del príncipe Guillermo.
De dimensiones estratosféricas, que requieren el servicio de 200 personas para su mantenimiento, esta mansión que parece un castillo tiene una bolera, establos y un cementerio, donde descansan algunos perros corgie que tuvo la reina, su raza favorita.
Hace ahora un año, trascendió que Carlos, conocido por su compromiso con el medio ambiente, puso en marcha un ambicioso proyecto ecológico en los terrenos de Sandringham, del que ahora se 'beneficiará' cuando salga a pasear y oxigenarse.
La idea del monarca consistía en crear un enorme jardín con cinco mil plantas curativas utilizando además el arte de la topiaria, es decir, la práctica que consiste en darle formas artísticas por medio de la poda, así como senderos de grava en forma de laberinto para que los visitantes disfruten del lugar.
Es decir, Carlos siente también una gran inclinación por este espacio que ha mejorado su diversidad gracias a este proyecto. En los últimos años, con los patrones climáticos cambiantes, la extensión de césped se había visto afectada por el clima cálido y las lluvias excesivas, por lo que se introdujeron nuevas especies más robustas, señalaron en la residencia en su momento.
También se introdujeron especies amigables con las abejas y otros insectos polinizadores y el objetivo era que hubiera flores todo el año, de acuerdo a las estaciones, entre las que se encuentran lavandas y rosas.
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